Esta novela, nos relata los sentimientos, dificultades y motivaciones que vive y experimenta una alumna que acaba de terminar su carrera de magisterio.
Muriel a lo largo de la novela, representa la figura de una verdadera educadora, puesto que ella lo que quiere es que sus alumnos tengan las posibilidades de estudiar y de adquirir una cultura como la tienen los niños de la ciudades, es decir, lo quería conseguir es que sus alumnos fueran capaces de tomar decisiones por ellos mismos, sin verse coaccionados por el ámbito en el que viven.
Para que esto pudiera darse, primero tendría que llamar la atención de los niños, por lo tanto restauró el aula donde impartiría sus actividades, y luego llevó acabo alguna de estas. Una de las que más llamarón la atención de sus alumnos, fue la creación de un biblioteca, en la cual había un número amplio de obras literarias, que estaban a la disposición de cada uno de ellos. Para que esta tuviera éxito, Muriel lo que hizo fue suscitar el interés de sus alumnos contándoles el principio de la obras y dejándoles que por ellos mismos conocieran el final, esto desembocó en la disputa entre ellos por coger los libros.
Con todas estas actividades, Muriel se iba integrando en la vida de los ciudadanos, y formando parte del pueblo. Se involucró en la sociedad, y se empezó a preocupar por la salud de sus alumnos, y las continuas faltas que algunos tenían.
Esta novela, es el vivo ejemplo de cómo la organización de los recursos materiales y espaciales, puede hacer cambiar de opinión a niños y padres en lo que respecta a la educación.
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